"En el fondo, soy un poeta que se malogró", dijo Picasso a los 54 años cuando comenzó a escribir versos y versos, inspirado en todas esas magníficas musas que lo sedujeron en su viaje. El artista se burló al mismo tiempo de que se le considerase escritor y defendió que "las artes se reducen a una sola: se puede escribir una pintura con palabras, del mismo modo que es posible pintar sensaciones con un poema".
Era tan fructífero que su propia madre le escribió tras confesarle esta nueva fasceta: "Me dicen que escribes. Te creo capaz de cualquier cosa. Si un día me dijeran que has oficiado una misa, también me lo creería".
La editorial Gallimard agrupó y publicó en 1989, dieciséis años después de su muerte, un libro de poemas en francés y español, tal como él los había escrito. Esta publicación confirmó una vez más la genialidad del artista.
Estos versos son publicados ahora en español con el título "Poemas en prosa", bajo la editorial Plataforma. Están llenos de imágenes, de música, de enumeraciones, de exploraciones, que lo dejan a uno perplejo como al enfrentarse a uno de sus cuadros.
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