lunes, 13 de abril de 2009

Jamás


El perro de la vecina, espulgado, alimentado y querido, olfatea el hocico del perro que se ha apropiado de la cuadra. Tiembla el suyo ante los aromas, sabores, territorios jamás conquistados; tiembla su cola, todo él tiembla durante un minuto entero.
Luego olvida.

1 comentario:

La Naranja Lacaniana dijo...

Maritaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa