lunes, 26 de noviembre de 2007
¿Escuela de Escritura Creativa?... Sí
Muchas personas se preguntan si es necesario estudiar en un taller o escuela para "aprender a escribir"... "¿qué tanto te enseñan?", "no quiero que me cambien el estilo", "es una pérdida de tiempo", "con talento basta", "leo y aprendo", etc.
Como alumna de la Escuela de Escritura Creativa del Centro Cultural de la PUCP, que dirigen Iván Thays y Alonso Cueto, trataré de ayudarlos a responderse, bajo una premisa que los gringos siguen mucho: ¿Qué hay allí para mí?
-No te enseñan a escribir, pero sí a leer. Si ya estás enamorado de las palabras te vuelves su amante, es decir: no pensarás más que en ellas, en todas las formas. Esto a través de lecturas y análisis de cuentos y fragmentos de novelas. Aprendes a leer entrelíneas que en toda historia hay otra historia. Descubres que "el escritor no es el arquitecto sino el maestro de obra" y que "si ves tu vida como un libro por qué no lo entiendes así" (Thays dixit).
-Imagínate que quieres ser delantero. Corres como loco, pero nunca alcanzas el balón (y menos metes gol). Lo mismo pasa cuando escribes. Qué haces con tantas palabras si no tienes técnica y te cuesta mucho armar una estructura...
-Haces que tu narrador opine (por ti) todo el tiempo en vez de lograr que tus personajes lo hagan.
-Tu narrador dice que tus personajes están tristes o furiosos o felices, en vez de demostrarlo a través de sus actos.
-Te explican por qué debes crear metáforas y no alegorías. El Principito (metáfora) y Juan Salvador Gaviota (alegoría).
-¿Quieres escuchar las experiencias de Cisneros, di Paolo, Donayre, Rodríguez, Ortiz de Zevallos, Page...a representantes de editoriales? Sí, más de 30 "profesores visitantes" te muestran que escribir narrativa es complejizar, estructurar... que no hay que contar anécdotas sino argumentos.
-Tienes historias "en tu cabeza", pero nunca las has puesto en papel. Y si las has escrito sólo las han leído tus viejos o tus amigos. Lo más paja del taller es que las lees delante de desconocidos, te enfrentas a la crítica y vas aprendiendo a editarte, corregirte.
-Descubres que una vez que cierras un texto debes dejarlo dormir, para volver a corregirlo al cabo de semanas... o meses, porque la revisión es un importantísimo paso.
-Aprendes que tomar notas (en tu Moleskine) -testigo en la calle- es el cemento de cualquier texto.
Al menos que hayas estudiado literatura no tienes por qué saber tantas cosas. Eso me pasó a mí y siempre me preguntaba "¿y ahora quién podrá enseñarme?". Estar en la Escuela de Escritura Creativa de Cueto y Thays me "reveló" muchos aprendizajes y experiencias, me liberó de frustraciones, me permitió además hacer nuevos amigos con los que compartir una pasión. Todo se trata de atreverse a aprender, a escribir... a leer y a ser leído.
Thays lo dice así:
"Conócete, aprende de ti mismo, aprende que quieres decir cuando escribes estas cosas y conseguirás decirlas claramente, no solo porque has adquirido una técnica, sino porque esa técnica está ligada a tu propósito."
Etiquetas:
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