El sábado y el domingo fui a la playa. El sábado con dos amigos y el domingo con mis papás. Fueron conversaciones, nostalgias distintas. Mis amigos sentados, echados en la arena. Mis padres solo pueden sentarse en las sillas y limpian la arena de las sillas como si no fuera inagotable.
Pero lo que ambos días tuvieron en común es que hice un experimento. Me he comprado unos lentes de natación de lunas azules, especiales para entrenar y antihumedad. Me enfrenté por fin a las olas con los ojos abiertos, sin que la sal me doliera. Desde siempre he querido mirar lo que hay debajo, qué miedo la otra vida que no se puede ver. Pude ver cuán redondas eran las burbujas que salían de mi boca, nubes de arena, remolinos, algas, crol, restos de bolsas, peces transparentes, ¡un arete dorado rozando y tocando el piso de arena y piedras! Me reía mucho. A cada brazada el agua cambiaba de azul a verde a marrón a blanco. Tonalidades que nunca antes había podido distinguir. Me adentraba más y más porque había perdido el miedo al mar. Mi abuela paterna amaba el mar. Murió ahogada y aunque no la llegué a conocer, el mar siempre ha sido un desafío para papá y para mí (morir en algo que amas... no lo entiendo). Él ahora evita meterse, cuando de niña me llevaba hasta el fondo y me dejaba sola para que regresase sola; fui rescatada una vez por un hombre que no era él. Ahora soy yo la de los largos brazos, las piernas fuertes. Pero lo mejor de todo, lo mejor de todo, es que al quitarme los lentes vi el mundo absolutamente anaranjado. Los filtros eran mis propias retinas. No quería volver a ponérmelos para no perder ese efecto. Saber que podía ver todo de forma distinta y valorarlo me hizo sentir especial. Como una cámara de fotos. El objeto no era yo, sino lo que veía por primera vez.
El engaño duró unos segundos.
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Las fotos las tomé en junio del año pasado.
1 comentario:
Hola, me llamo Sandra y en realidad entre a tu blog por un compañero bombero,para leer lo que paso en lo que publicaste en nuestro incendio porque soy aspiramte de la lima 4...y el compañero del q te hablo estuvo en el incendio. lei todo lo que paso, los detalles todas las cosas que a veces nos pasan sin avisar y muchas veces tambien lo vemos como si fuera la historia de otro , como una pelicula.Te escribo porque me a raiz de esto lei tambien tus otras publicaciones y me encanto la primera, cuando describes tu nuevo encuentro con el mar, me parecio lindo y a la vez temerario, el enfrentarte a algo y descubrirlo nuevamente con la belleza que siempre estuvo alli solo que los ojos con q lo veias eran otros y la eterna pregunta un tanto complicada y a la vez sencilla... como morir en algo que amas?? es un poco contradictorio como que yo quiera ser bombero y uno de mi mayores temores es el fuego o morir quemada...
muchos saludos ...
Sandra Chávez
sandritangelxx@hotmail.com
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