Aunque nunca recibió el Nóbel (y lo esperaba), sí fue reconocida en vida como una de las mejores poetisas de Dinamarca. Inger Christensen murió el pasado viernes a los 73 años y su editorial dio a conocer hoy la noticia. Su poesía experimental llamó la atención de la crítica al incorporar elementos de la naturaleza, la música y la matemática. Al respecto, dijo: "Las proporciones numéricas están en la naturaleza, como la forma en que un puerro se envuelve en sí mismo desde dentro". Publicó, entre otros libros y algunos textos en prosa: Alphabet (1981), Det (1969) y Sommerfluegledalen (1991). En 1994 recibió el Premio Nórdico y en 2006 el Premio Siegfrid Unsfeld de la editorial alemana Suhrkamp. Christensen había nacido en 1935 en Vejle, en Jutlandia.
lunes, 5 de enero de 2009
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