lunes, 27 de octubre de 2008

Una maleta


Nada hay más desconcertante que una maleta vacía desde hace meses en la esquina de una habitación. ¿Estará su dueño ansiando un viaje que nazca de improviso? ¿Estará evitando instalarse, acostumbrado al espacio que dejó atrás? ¿O se habrá olvidado de ella, de la ilusión secreta del viaje, y comenzará a echarle encima ropa, bolsos, zapatos, pero nunca más la abrirá para meterle todo esto?
La maleta permanece en su esquina, esperando, como una galletita al costado de una taza de café, la redención.

No hay comentarios: