miércoles, 27 de mayo de 2009

Todo Clint Eastwood


Ahora que pasó junio ya puedo subir la nota completa de Clint Eastwood que escribí para Dedomedio y compartirla con ustedes:

Hithcock le propuso dirigir juntos una película. Le toma un día decidir si aceptará un guión o no. No le gusta repetir las escenas. Fue el primer cowboy gringo en Italia, en un rol que Charles Bronson rechazó. Logró la mejor actuación de Kevin Costner en UN MUNDO PERFECTO. Y aunque diga que no hay betún suficiente para oscurecer su pelo, ni lija tan potente como para suavizar todas sus arrugas, Clint Eastwood seguirá narrando sobre héroes… sus debilidades, cinismos y grandezas. Ahora es turno de Nelson Mandela.

Walt Kowalski retira una mano de su saco y dispara con una pistola de dedos. Como su personaje en GRAN TORINO, Clint Eastwood no ha hecho otra cosa que mirarnos siempre a los ojos y advertirnos que disparará todas sus balas, incluso las imaginarias.

Lo bueno
Si los padres de Eastwood hubieran sobrevivido con dinero a la Gran Depresión, él no habría tenido que sacarse la mugre como albañil, bombero, leñador, pianista, obrero, profesor de natación, aguatero. Haberse explotado en versatilidad incluso antes de cumplidos los veinte años, le permitió realizarse como actor, director, músico y productor. Aunque Woody Allen diga que somos lo que comemos, Eastwood es lo que actúa, lo que dirige, lo que musicaliza y lo que produce. Genio en esencia, político “libertario”, padre de siete hijos de cinco mujeres distintas, rudo que susurra cuando habla, hombre sin miedo. El último héroe americano.

Lo malo
A los 79 años ha prometido que, luego de interpretar a Kowalski en GRAN TORINO, ya no actuará más para dedicarse a tiempo completo a su obsesión entre tantas vocaciones: la dirección. Deja la misma cantidad de películas como actor. Dice que prefiere contar historias y que está en la edad en que siempre debería hacerlo. Aprendió que como actor “solo eres parte de la gran estructura”. Ha dirigido 30 películas desde 1971, cuando debutó con **Escalofrío en la noche**.

Lo feo
Solo se le conocen diferencias con dos de sus colegas directores: el italiano Sergio Leone y su compatriota, Spike Lee.
Leone aseguró que había sido su idea y que él compró para Eastwood el poncho que vistió como el indiferente cazarrecompensas de la “trilogía de los dólares”: POR UN PUÑADO DE DÓLARES, LA MUERTE TENPIA UN PRECIO, EL BUENO, EL MALO Y EL FEO). Junto con la barba y el cigarro del personaje, el poncho se volvió símbolo de los spaghetti western; spaghetti porque las películas se filmaron en Italia. Eastwood respondió que él mismo había adquirido el poncho en una tienda de ropa en Santa Mónica y viajado con él a Almería. Era 1966.

A Spike Lee, tan interesado como Eastwood en retratar el heroísmo, la redención y el peso del destino, le pidió que se callase la boca porque siempre respetaba lo históricamente correcto. Lee había disparado al aire con los dedos: ¿Por qué no hay soldados negros en **La conquista del honor** si trata sobre nuestros soldados alzando la bandera de nuestros padres en Iwo Jima? Era el 2006.

Cazador blanco, corazón negro
Así llamó Eastwood a la película que dirigió y protagonizó en 1990 en tributo a su adorado John Huston como director de LA REINA DEL ÁFRICA, clásico protagonizado por Humphrey Bogart y Katherine Hepburn. Aunque es una de sus cintas más personales, su título encaja como gatillo al dedo con el nuevo proyecto de Eastwood: narrar por qué Nelson Mandela es el corazón de la unidad sudafricana, por qué se convirtió en el presidente más admirado del mundo; el primero negro después de 350 años de colonialismo.

El rugby es a Sudáfrica lo que el fútbol es a Argentina. En 1995, cuando Mandela tenía un año en la presidencia, su país era por fin responsable de organizar el Mundial de Rugby, luego de años de exclusión por el apartheid. Pero la selección nacional, conformada en su mayoría por jugadores blancos, era la más palpable manifestación de la opresión contra los negros. ¿Cómo transformar la historia y conciliar un país en una jugada política y moralmente absoluta? Mandela habló con todos los seleccionados y les pidió que adoptasen la canción de protesta que entonaban los pobladores negros. Ellos no lo podían creer: sus detestados jugadores transformaban su canción en un himno. Los apoyaron: Los Springbocks de Sudáfrica ganaron el Mundial al superar a Nueva Zelanda. Y no solo eso: Cuando un ovacionado Mandela entregó la Copa a su selección, vestía la camiseta nacional. Un intercambio perfecto que Eastwood sabrá capturar con la misma contención, objetividad y carga psicológica que demostró al grabar a Sean Penn en plano cenital llorando por su hija muerta en RÍO MÍSTICO.

Para Mandela, el deporte mueve más sentimientos en las masas que un político. Para Eastwood, el cine también funciona así.

Esta película se llamará EL FACTOR HUMANO. En ella actúan su propio hijo Scott como uno de los jugadores y Matt Damon como el capitán del equipo. Morgan Freeman encarna a Mandela. Freeman es compañero de Eastwood desde LOS IMPERDONDABLES y MILLION DOLLAR BABY.

La película sustituta
GRAN TORINO fue la más taquillera durante su estreno en Estados Unidos, pero no obtuvo nominaciones al Óscar. Walt Kowalski es como su Ford Gran Torino del 72: todos quieren acercarse a él, pero nadie sabe cómo. Un veterano de la Guerra de Corea que no puede reconciliarse con las muertes de su pasado. Un solitario viudo que vence sus prejuicios al hacer amistad y defender a sus vecinos, pertenecientes a la etnia asiática hmong. Por primera vez, una cinta americana trata sobre este clan desplazado por la Guerra de Vietnam. Muchos fueron llevados a Estados Unidos como refugiados y la adaptación a su nuevo país fue silenciosa. Eastwood dice: “Tomas a un tipo que es muy obcecado en sus opiniones, que insulta la igualdad de oportunidades, y lo pones al lado de personas con las que es terriblemente hostil. Y de repente se mira al espejo y dice: “Tengo más en común con estas personas que con mi consentida y desagradable familia””. Se rindió ante el guión: “Realmente, ya no planeaba actuar mucho más. Pero esta película tenía un personaje de mi edad, que parecía hecho a mí medida, aunque no lo estaba”. En cuanto a la redención: el salvador muere.
La otra película que dirigió el año pasado, sí estuvo nominada al Óscar: EL SUSTITUTO, cuya trama sobre la lucha de una madre por encontrar a su hijo desaparecido conmovió y caló. Su logro secundario: recordarle al mundo lo buena actriz que puede ser Angelina Jolie con performances más GIA y menos SEÑOR Y SEÑORA SMITH.

¿Le jodió que GRAN TORINO no estuviese nominada?: “Tuve tres películas nominadas de las últimas cinco que hice. Simplemente hago la película lo mejor que puedo. Lo demás es política y pavonearse. No soy bueno para eso. Creo que nuestro mensaje fue tan bueno como cualquier otro de este año. Así son las cosas”.

Sí, GRAN TORINO no tuvo una sola nominación. CRASH, que tocó temas similares como el racismo, la absolución y el sacrificio –con una estructura creada para que todo encajase casi a la fuerza-, ganó 3 Óscar el 2004, incluyendo mejor película. Ambas tienen un final parecido: el disparo a un inocente creyendo que tiene un arma en la mano. CRASH fue dirigida por Paul Haggis, nominado al Óscar por el guión adaptado de MILLION DOLLAR BABY.

No todos los golpes duelen
Apuntó ese mismo año a Hilary Swank, un patito feo de la actuación en Beverly Hills 90210, transformado en cisne gracias a LOS MUCHACHOS NO LLORAN, y logró una vez más el casting perfecto para MILLION DOLLAR BABY. Sabía que a la ganadora del Óscar a mejor actriz le gustaban los retos y los sacrificios. Además ya había sido discípula de Pat Morita en KARATE KIT 4 (1994). Swank interpreta a Maggie, una boxeadora que lucha por ser la mejor, y que busca a un maestro: Frankie Dunn, para lograrlo. Eastwood es Dunn y Dunn es como Kowalski: viejo, amargado, solitario, mal padre. Su único amigo es el ex boxeador Scrapp (Morgan Freeman). Aunque Dunn no “entrene a chicas”, cede ante la persistencia de Maggie y la solidaridad de Scrapp. Ella está a punto de ganar el título de peso Welter, pero se golpea la cabeza contra un banco. Duele en el alma cuando Maggie cae, no tenemos que verla llorar. En cuanto a la redención: aquí la salvada muere. En el ring todo era músculo y acción; cerebro y pasión. Un hombre aprendió a ser padre y una mujer a ser hija. Una actriz luchó por ser de nuevo la mejor actriz y un director por ser de nuevo el mejor director. Campeonaron en los Óscar.

Un puente para el amor
La novela de Robert J. Wallace le había parecido pretenciosa, pero trabajó para darle credibilidad a su personaje. “Creo que todo lo que he hecho en mi vida me ha conducido hacia ti”, le dice Robert Kinkaid a Francesca Johnson en LOS PUENTES DE MADISON (1995). Cómo se identificó la audiencia con el amor sin edad de los protagonistas. La dupla Clint Eastwood – Meryl Streep se asemeja a la pareja Robert Redford – Meryl Streep de ÁFRICA MÍA. El amor que florece para imponerse a un contexto gris. Mientras hay amor hay esperanza. Esa es la redención del fotógrafo errante de National Geographic que busca puentes que retratar y de la ama de casa que ya no espera que nada bueno cruce el puente a su corazón.
“No quiero necesitarte porque no puedo tenerte”. Eastwood jamás le diría eso a la dirección.

No hay de qué perdonarlo
Tres años antes Eastwood había vivido su propia redención como director y actor de uno de los mejores western de todos los tiempos: LOS IMPERDONABLES. William Munny, ex pistolero y ex alcohólico transformado en granjero, se repite siempre: “Yo ya no soy así… matar a un hombre es algo muy duro, le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría tener”. Hasta que muere su amigo Ned (Morgan Freeman). El pasado lo observa y él lo sigue, como el dueño de un Saloon a sus botellas de whisky. Munny se venga vaciando todas sus balas. Eastwood se venga del género que casi lo encasilla, cosechando cuatro Óscar de nueve nominaciones, entre ellos mejor actor y mejor director.

Cinco veces Harry
Mucho antes de ser Munny, Eastwood fue Harry. Cuatro actores habían rechazado el papel del recio inspector Harry Callahan: Frank Sinatra, Paul Newman, John Wayne y Steve McQueen. A todos los admiraba Eastwood, pero Wayne había sido su modelo. El director Don Siegel no tuvo otra opción y Eastwood acabó alegrándole el día.

“Vamos, alégrame el día”, bromeaba Harry cuando apenas lograba defenderse con su pistola y un auto con improvisado blindaje, cuando las balas parecían lloverle de todas direcciones. Harry no imponía la ley en el departamento de Homicidios de San Francisco. Era la ley. Este personaje se inspiró en el inspector David Toshi quien durante años intentó capturar al enigmático asesino serial conocido como “El Zodiaco”. Mark Ruffalo se inspiró a su vez en Eastwood para la cinta ZODIAC de 2007. En ninguna, tal como en la vida real, se logró capturar al asesino. A HARRY EL SUCIO (1971) le siguieron HARRY EL FUERTE (1973), HARRY EL EJECUTOR (1976), IMPACTO SÚBITO (1983) Y LA LISTA NEGRA (1988). Las secuelas no tuvieron el éxito de la primera, pero se reconoce su sostenida contribución al género policial.

Eastwood impulsó la carrera de Roberta Flack
Entre su primer matrimonio a los 23 años con Maggie Johnson, su relación con Sondra Locke (su compañera en DURO DE PELAR), sus amoríos con la también actriz Frances Fisher, y su tardío romance y matrimonio con la periodista Dina Ruiz, el jazz ha sido su amante y él le ha retribuido con fidelidad. Si Eastwood puede dirigir buenas películas es porque conoce de estructuras. La música es una estructura perfecta. Un balazo directo al corazón fue haber escuchado tocar a Charlie Parker en el club donde él se ganaba la vida como pianista. En BIRD (1988), Eastwood incluye piezas originales del saxofonista y recrea sus luchas, complejos y éxitos. Ese mismo año es productor ejecutivo de la cinta dedicada al más grande pianista de jazz: THELONIUS MONK: STRAIGHT, NO CHASER.

“Primera vez que veo tu rostro”, la canción romántica de la primera película que dirigió, ESCALOFRÍO EN LA NOCHE, fue elegida por Eastwood e interpretada por una entonces anónima Roberta Flack. Ganó el Grammy como canción del año. Flack tardó solo dos años en recibir el reconocimiento mundial por “Killing Me Softly With His Song”. Las cinco películas de HARRY tienen soundtracks de jazz, gracias a él. Además, escribió temas para GRAN TORINO, EL SUSTITUTO, MILLION DOLLAR BABY, RÍO MÍSTICO, LOS PUENTES DE MADISON, LOS IMPERDONABLES, BRONCO BILLY, entre otros.

Aventurero de medianoche
¿Cómo se da tiempo y maña para hacer tantas cosas y hacerlas bien? ¿Es que no se cansa nunca? No. No se cansa de ser el multifacético de Hollywood. No se cansa de hablar de Obama y de la crisis como grandes aprendizajes de la historia. No se cansa de ser el último héroe americano que odia la guerra en Iraq y narra heridas que no cierran, como nosotros no nos cansamos de su voz cada vez más ronca. Lo sabemos: Eastwood disparará todas sus balas hasta donde el destino se lo permita. Nos apuntará con su pistola de dedos y nos repetirá: “Es el secreto de la vida, realmente, nunca dejar de aprender. Es el secreto de una carrera. Yo sigo trabajando porque aprendo algo nuevo todo el tiempo. Nunca hay que creer que se tiene todo”.

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