Han pasado muchas cosas en dos semanas. Se murió el cantor Benedetti, se enfermó Szyslo, se contagiaron 11 mil personas de la AH1N1, expusieron al "eslabón perdido", se trabó mi blog, me matriculé en clases de fotografía y me confesé (con los santos amigos). Desde que fui testigo del incendio a la espalda de mi casa, he cambiado. No soy la misma y nunca lo seré después de eso. Dos personas murieron esa noche. Ahora son mis fantasmas amigos. Me recuerdan lo importante. Estoy en una fase muy creativa, quiero hacer muchas cosas. Recuerdo la frase de Aldous Huxley de una enciclopedia de mi niñez: "Y he de caminar muchas vidas, caminar muchas vidas, antes de partir". No sé si era así exactamente, pero así es como quiero recordarla. Voy a tomar el hoy entre mis manos y enfrentarme a la vida, asumiendo. Creo que este proceso de ser honesta, de sincerarme conmigo misma es tan importante que no quiero perdérmelo. Soy consciente. Me dicen que se me ve más feliz. Al fin tengo paz. ¿Han sentido paz? Es renacer. Además me sirve para escribir. Para escribir hay que ser honesto. He recuperado la alegría de la infancia. Siento que tengo amigos que no se morirán nunca. Acepto que mi familia es un accidente. Me he liberado de culpas y represiones. Me entrego a la vida y sus misterios.
jueves, 21 de mayo de 2009
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