miércoles, 2 de enero de 2008

Catherine Deneuve entrevistada


La diva de Mastroianni y musa de Ives Saint Laurent, Catherine Deneuve, fue entrevistada por La Nación de Costa Rica. A los 64 años confiesa que nunca quiso vivir en Hollywood y presta su voz a la nueva película Persepolis, elegida para representar a Francia como Mejor Película Extranjera en los Oscar.

¿Hay algún lugar en el mundo donde pueda caminar por la calle sin ser reconocida?
Un lugar donde no sea reconocida... Eso sería algo bastante agradable. Me acuerdo la primera vez que fui a Vietnam, sentí algo muy especial al poder caminar por la calle sin que la gente me conozca. Nunca habían visto una película europea de Francia.

Todos saben que el cine europeo es muy diferente de Hollywood ¿Cuál cree que sea la mayor diferencia?
No estoy segura de tener suficiente experiencia en Hollywood como para comparar, realmente. Creo que una de las más grande diferencias (con Europa) es que en América, el productor es casi tan importante como el director en la filmación de una película. Y puede llegar al extremo de no ser tan bueno para el cine norteamericano. Pero a veces encuentro que el director se queda demasiado solo al tener la decisión final sobre la edición y los derechos de hacer exactamente lo que quiere, incluyendo una pelea con el productor. Y al final, en Francia, el director gana. No estoy segura si siempre es para mejor. ¿Sabes? Es mucho más complicado. A veces encuentro que es una ventaja la forma que hacen cine en América: varias personas trabajan en el guion; tienen suficiente dinero para hacerlo. El resultado, para mi, es demasiado convencional, pero a veces es maravilloso. Y es lo mismo en Francia. A veces algo bien personal es muy bueno, porque se muestra el punto de vista del director, pero otras veces es una lástima que el productor no se se haya involucrado lo suficiente.

¿Hay algún director que haya cambiado su actuación o su forma de pensar?
En verdad, nunca fue una cuestión de cambiar lo que yo pienso sobre la actuación. Fue una forma de crecer. Empecé con el cine siendo muy jovencita y el hecho de haber conocido a Roger Vadim en una edad tan temprana, aprendí mucho; igual con Truffaut después. Pero yo no diría que cambiaron mi forma de pensar. Era bastante joven en aquel entonces y estaba evolucionando y aprendiendo al mismo tiempo que decidía lo que yo quería hacer y la dirección que quería tomar, pero no cambié demasiado desde que tengo 18 ó 20 años con los gustos en cine.

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