viernes, 19 de diciembre de 2008
Garganta profunda
Solución con alas
jueves, 18 de diciembre de 2008
Matadoras en la revista Sieteculebras
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La antología Matadoras – Nuevas narradoras peruanas, recientemente editada por Estruendomudo, resulta ser feliz e inconscientemente feminista.
Considerada como “subliteratura”, no es de extrañar que muchos hombres no lean a las mujeres, y que por lo general éstos falten a eventos relacionados con la literatura femenina. Este estado de cosas no se desmintió en la presentación de Matadoras el 23 de octubre 2008 en París[1] -con el editor Álvaro Lasso y dos de las autoras antologadas, Grecia Cáceres y Nataly Villena- donde los varones, en particular los narradores peruanos y latinoamericanos que viven en la capital, brillaron por su ausencia, mientras nunca faltan a tal evento cuando se trata de uno de sus pares.
Felicitemos a A. Lasso quien, lejos de cualquier intento de ghettoización de la literatura femenina, da voz a 13 narradoras y nos ofrece una antología de alta calidad. Esperemos que sea un punto de partida para sacar a luz los textos de otras narradoras. Esta tarea es fundamental si se quiere poner fin a la amnesia de género en la literatura, si las mujeres quieren inventar espacios que escapen a los canones masculinos, o si quieren penetrar terrenos invadidos por los hombres sin tener que justificarse, y si quieren que su existencia deje de ser definida por referencia a los hombres.
En Corte a Sofía, de Alicia Bisso, el personaje principal “se entrega al sexo con personas nuevas”, y busca a su ex novio “sólo para tener sexo”. Es mejor “no esperar nada de nadie”, “por más que digan lo que sea, por más que te hagan el amor con esa misma fuerza… Olvídalos. No son más que eso. Hombres que comparten contigo una o dos noches y ya”. “El típico cabrón que va de ligue en ligue”, dice Rossana Díaz en La lucha contra el estornino.
La homosexualidad también está presente en el cuento de Mónica Belevan, Trouvez Hortense, a través de la voz de Rimbaud en Adén.
Claudia Ulloa nos lleva por una sexualidad libertina en Línea: “Con el punzón (de una navaja) me dejó en la piel un rasguño muy leve, que me mató de placer… me metí a la ducha y vi la línea que él había dejado sobre mi cuerpo… Era una línea larga que iba desde mi garganta hasta el pubis y se unía a la línea de mi sexo”. Al día siguiente ofrece públicamente su cuerpo en plena calle.
Esperemos que más voces de mujeres sigan liberándose, y que antologías de este tipo florezcan en Perú.
[1] www.cecupe.com
Mediática
miércoles, 10 de diciembre de 2008
El orden de la soledad
lunes, 1 de diciembre de 2008
Crónica de Buenos Aires
Con cuánta expectativa e ilusión nos hemos preparado durante todo un año para este reencuentro, manteniendo la continuidad por mail y algunas ocasionales llamadas telefónicas. Coincido además con la última presentación de Pura Cepa, la obra de teatro-danza, un Off-Broadway u Off-Palermo que dirige Ana Frenkel y que ha sido un hitazo todo el año. Valeria Cavassa, mi amiga, es la asistente de dirección, y su novio, Facundo Nuñez, actúa en ella. Me siento en un rinconcito mientras soy testigo del trabajo de 5 hormigas que levantan tremenda colonia mientras la gente ya se agolpa en las puertas del teatro. Y claro, no entiendo nada de esta coreografía previa, pero me entusiasma la sincronía. La obra se deja leer fácil, y 15 actores-bailarines irrumpen en escena, en secuencias muy bien marcadas, llenas de ritmo… chicos y chicas enfrentan su estética, se aman, se retan, se odian, se vuelven a juntar y a separar, en un poderoso manifiesto de ironía, seducción y deseo: el cuerpo ha hablado y ha hablado claramente. La gente aplaude, no se quiere ir, y los músicos que han estado tocando en vivo improvisan. Todos quieren más de esa complicidad que flota. Yo también. Nos vamos a la fiesta de “fin de obra”. Observo a Ana bailar y por un instante deseo compartir su eterna juventud, su música en la sangre. ¿Le digo o no le digo?: “Una obra así funciona en cualquier parte del mundo. Ojalá alguien se anime a llevarla a Perú”. No le digo.
Cuarenta grados de sensación térmica, anunciaban los noticieros. No cuando llegué. La temperatura bajó y dejó 3 muertos en lluvias que cesaron recién al amanecer, cuando nosotros seguíamos de fiesta. El clima, de un mal humor inesperado, nos obliga a cancelar la excursión a El Tigre del día siguiente. Pese a las extrañas temperaturas, devoro mis siempre favoritos helados de Zambayón y Dulce de Leche. Pienso en Lucy; el aguacero ha viajado en avión.
Buenos Aires es la ciudad más literaria del mundo; se repite en mí la más justa sentencia de Vargas Llosa. Cada cierto tramo empujo a un peatón que lee, lo envidio secretamente… solo me atrevo a leer así en mi ciudad. Leen en las esquinas, en el subte, en el taxi, en el parque, frente a las empanadas, el bife y la apuesta del turf. Una exquisita mafia de lectores. En las librerías reconocen que eres “un extranjero abrumado ante la cantidad y variedad”. Tú aprietas el dinero contra el bolsillo; ellos permanecen a tu lado informándote sobre tu elección. Por eso es imposible resistirse: dame todo Roth, todo Auster, todo Mansfield, todo Murakami, y ese nuevo: Gomorra. ¿Alguno para regalo? No, todos son para mí. Me alegra ver a escritores peruanos en las vitrinas de novedades: Alarcón, Cueto, Bayly, Roncagliolo. Ellos por ahora. Pienso en Claudia Ulloa y Ezio Neyra, los “novísimos” amigos en la Feria del Libro de Guadalajara. El próximo año, si vuelvo a
Buenos Aires, ¿me saludarán desde una contratapa?
Valeria está igual de dulce, indecisa y abstracta, con sus rulos largos, a veces rubios, a veces guindas; algo en ella se renueva año tras año. Lorena, su hermana, me repite el conflicto amoroso con D, idéntico al melodrama del año pasado, pero con qué alegría devora mis ofrendas peruanas: las papas amarillas nativas, los chifles dulces, los camotes, las salsas de huancaína y huacatay, el jugo de mango, la mermelada de lúcuma. Discutimos las diferencias entre sauco y arándano. Candela, su hija, realmente es fuego vivo. Tiene 9 años. Me dice: “Che, mañana sí podemos ir a El Tigre. En el diario sale que la temperatura mínima será de 13 y la máxima será de 24”. Yo a tu edad, le digo, todavía jugaba a las muñecas. “La Barbie es una pelotuda”. En Buenos Aires hay muchos paseadores de perros; el Bosque de Palermo es su Central Park. Qué me ladren desde lejos esta vez.
Hoy, 1 de diciembre, es el Día Mundial de la Lucha contra el Sida y la entrega de los Premios Clarín. Las noticias. Y la gente. Y la gente en las noticias. Todo gira en torno a esto. Todavía no se sabe que el gran Diego Capusotto será el protagonista de los premios. Nos reparten condones en la calle unas chicas envueltas de rojo. Le dan un paquete a Candela. Después de algunas explicaciones acepta entregárnoslo.
Norman Briski presenta su quinto libro: Teatrobrik. Mis amigos han actuado bajo su dirección durante 5 años. Yo lo he visto un par de veces, también en Mujeres asesinas. Briski dice: Actuar es militar. ¡Como escribir!, pienso. Cuando el presentador comenta sobre la “poesía inmanente” que hay en estos nuevos textos, cinco obras de teatro y un guión televisivo, Briski acota: “en la potencia humeante de mi cabeza curiosa, escribir y actuar son dos deportes, dos intoxicaciones”. Se refiere a la presentación de su libro el mismo día que los Premios Clarín, (adonde muchos de sus amigos han ido, apenas 2 días después de la muerte del querido actor Ulises Dumont, quien iba a ir a la presentación de Briski): “este es un día glorioso para otros. Esto es un acontecimiento para mí”. Hace a capella un monólogo para 150 personas –“el micrófono es una intervención imperialista”- sobre una frustrada pareja en la habitación del hotel Petit Edén. Al cierre, Lorena le dice que soy su amiga peruana de toda la vida. Briski me firma su libro: Katya, la peruana más amiga. Me emociona la dedicatoria, de pronto me habla en quechua y me voy a la mierda.
Facundo, el novio de Valeria, dirige con su hermano y con su padre la editorial Alfagrama, que prepara libros de bibliotecología para muchas universidades de países hispanos, entre ellas, San Marcos. Alfagrama tiene una subeditorial: RíoCultura. Es la que ha editado el libro de Briski.
Me encuentro con Daniela Bragone, actriz de Pura Cepa, amiga de mis amigos, tallerista de la multifacética Gabriela Bejerman. Dani también ha editado con RíoCultura su ópera prima: Pieles. Valeria se ha encargado de la corrección. Disfruto estas coincidencias. Leo a golpe de vista donde el libro se abre de casualidad: “porfiada en atraparte y dejarte como sea”. Concluyo que las presentaciones deben ser iguales en cualquier lugar del mundo: todos le dan la espalda al autor desde la mesa de la comida. Eso es bueno: la realidad hace que el autor se siga esforzando para que menos personas vayan por la comida.
Ahora Facundo y Valeria duermen. Este escritorio da a la lavandería. En la puerta hay un hueco. El viento ha vencido al plástico que lo cubría. Afuera se ha desatado una tormenta. No quiero irme a dormir. No es porque mi cama de a la ventana, en una nueva orientación estrenada por Valeria. Facundo me ha contado que su gata se perdió hace unos meses: “la había alimentado durante diez años”. La desgraciada me saltó en la panza una noche desde el armario, el año pasado, mientras yo dormía y hasta seguro soñaba. Se escabulló como una sombra por la puerta.
El miércoles será el concierto de Madonna en el estadio de River. Acabo de ver en el Estadio Nacional de Lima a Cindy Lauper. Si hubiera querido le tocaba la guitarra; estábamos tan cerca. Acá estaré muy lejos de Madonna, a 30 mil personas de distancia. Igual cantaremos y después iremos por comida. Dejaré por un instante de pensar en Lucy y las razones por las que siempre adopto, en la insensibilidad de mi madre, en la culpa de mi padre, en la ausencia de mis hermanos, en la nostalgia por los amigos que han estado, están y estarán conmigo; en la juventud que está en la acera del frente, en el trabajo excesivo, en los mandamientos que quiebro a diario. En las profundas impresiones que la vida deja en mí. Son las 4 y 50 de la madrugada. Hace unos diez minutos se ha desatado una tormenta. Mis amigos se despertarán con ella. Yo la escuché venir.
Fotos:
1) Lucy y Mara.
2) Dani es portada de Pura Cepa.
3) Lorena, Candela, Valeria.
4) Con Norman Briski (antes del quechua) y Candela.
5) Dani con Pieles y Valeria.
6) Soy el ratón de la derecha.