Si la suerte existe, mi buena amiga colombiana, Carolina, llegará hoy con el más preciado encargo: los Cuentos Completos de Flannery O´Connor. No me importa si es la edición de Lumen o De Bolsillo, quiero el libro ya.
Flannery es la maestra del cuento. En sus textos se revelan todos los componentes de la contradicción humana. Como dice Ampuero, en un buen texto se rompen siempre los 10 mandamientos. Y eso hace Flannery, católica entre protestantes, sobre el dolor, el placer, la lucha entre el bien y el mal, la redención, la gracia, la culpa, el racismo. Por eso cuando la leemos nos quedamos con un signo de interrogación, pero sobre todo con uno de admiración.
Flannery es la maestra del cuento. En sus textos se revelan todos los componentes de la contradicción humana. Como dice Ampuero, en un buen texto se rompen siempre los 10 mandamientos. Y eso hace Flannery, católica entre protestantes, sobre el dolor, el placer, la lucha entre el bien y el mal, la redención, la gracia, la culpa, el racismo. Por eso cuando la leemos nos quedamos con un signo de interrogación, pero sobre todo con uno de admiración.
Afectada por lupus, enfermedad degenerativa heredada de su padre, la mejor representante del llamado gótico sureño supo bien responder a aquellos que afirmaban que los novelistas escriben desde la desolación y desesperanza del mundo. A ellos les dijo: Alguien sin esperanza no podría escribir.
Ojalá tenga esta noche el libro en mis manos. Abriré sus páginas y me picotearán los pavos reales que ella cuidaba con tanto cariño en su rancho, tan humanos y ambivalentes como nosotros.
3 comentarios:
Es interesante encontrar, sin querer, esas historias que no nos llegan tan fácil. Espero leer algo de O'Connor a penas termine de escribir este post.
Saludos
Veo que la busqueda del libro tuvo resultados exitosos, que bueno contribuír a que seas felíz por medio de Flannery O' Connor.
Nuevamente mi más cariñoso agradecimiento por abrirme por segunda vez las puertas de tu casa y por considerarme una buena amiga, es muy bonito leer eso y sentir que aportas un 1% en la felicidad de otros. Repitiéndolo sin haber necesidad, mi casa en Bogotá es tu casa, y la de Marita, siempre tendrán a donde llegar y sentir el mismo calor de hogar que yo siento en la tuya. Abrazos de oso!
¡Más linda la Caro! Creo que te voy a regalar a la Marita.
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