Padre e hijo huyendo de la devastación. Caminan a través de las carreteras o las esquivan. A veces con un carrito de supermercado, a veces con una carretilla. Llevan mascarillas hechas de sábana. El mundo es negro. Deben filtrar las cenizas del agua. Acarrean lo poco que tienen, que encuentran. Ingresan a las casas hace tiempo abandonadas, que aparecen y desaparecen detrás de los cerros, buscando latas de conserva que no estén combadas. Deben olfatear todo antes de llevárselo a la boca. En su camino encuentran hombres que se alimentan de otros hombres. El padre tiene una sola bala en la pistola. El hijo a veces debe cargarla.
Somos los buenos, le pregunta.
Caminar hacia el fin del mundo. Transportar el fuego. Descubrir que el mar es un océano de lava.
La carretera, de Cormac McCarthy, por fin está en nuestras librerías.
2 comentarios:
Livro! Ótimo.
Muito bom.
hugs!
Estupenda novela. Y me aseguran que llegará en breve "No es país para viejos", la novela en que se basó la pela de los hermanos Coen.
Publicar un comentario